Después de haber pasado unos pocos días
en el Delta del Okawango, Savute tenía una apariencia desértica. Ya el color de
los jeeps nos daba una idea de lo que nos esperaba, arena y más arena.
Nada más
bajar de la avioneta, camino del centro de visitantes, donde habíamos de
registrarnos, vimos un buen número de elefantes, especie muy abundante en este
parque.
De charca en charca y tiro porque me
toca, estos animales se conocen muy bien el camino. Recuerdan a la perfección
dónde hay agua y siguen muchas veces un recorrido predeterminado que se repite
cada estación.
Quitando
alguna que otra ave, como esta avutarda kori, sólo vimos elefantes en estas
primeras horas. Impresiona cuando se paran en mitad de la pista, dejando bien
claro que ellos son más grandes y poderosos que nosotros. En esos casos se
impone la prudencia, detenerse a una distancia suficiente y esperar a que dejen
el paso libre.
Ya en el
lodge, después de comer, nos acercamos a una charca artificial creada por los
mismos dueños. Es un alojamiento nuevo y los animales de los alrededores no
están muy acostumbrados a los turistas aún, por lo que quizás no hay tantos
como en otras zonas del parque.
Los elefantes
acuden en grupos familiares, por separado, dejando pasar algo de tiempo entre
un grupo y otro. De vez en cuando aparece algún macho solitario, pero la
mayoría son hembras con sus crías, que suelen ir en el centro para estar más
protegidas.
Beben,
pero sobre todo se rebozan en el barro para evitar la molestia de insectos y
parásitos.
El agua les apasiona y los dueños nos
contaron cuántas veces tienen que reparar las conducciones de agua. Son un
martirio, al tiempo que una segura fuente de ingresos.
Son muy
conscientes de que estamos cerca, y de vez en cuando vienen a recordarnos que
la charca es suya y que haremos mejor en quedarnos a una distancia prudente.
Ver a
estos magníficos animales tan de cerca es una experiencia única, y solo espero
que seamos capaces de convivir con ellos. No hace mucho leí que es posible que,
en unas décadas, el mamífero terrestre más grande sea la vaca, y eso supondría
una gran pérdida. Estamos a tiempo de evitarlo.