España, no me canso de decirlo, es un país de muy diversos paisajes que merecen toda nuestra atención por mucho que en ocasiones pongamos el acento en otros lugares. El paraíso existe, y a menudo lo tenemos cerca de casa. Sólo nos falta la voluntad de querer conocerlo.
La zona de Los Oscos está en Asturias, en el norte del país.
Nos alojamos en la Casona de Pumares, a la que dedicaremos otra entrada en algún momento, porque hoy nos vamos de excursión en busca de una pequeña cascada.
Primero pasamos junto a unas casas abandonadas, siguiendo el curso del río.
La senda asciende con una pendiente que no es demasiado dura y todo está muy verde como podéis observar. No en vano, ha estado lloviendo desde que salimos de Madrid.
Las nubes se apartan un poco cuando llegamos a la cascada, pero no demasiado.
Las comunicaciones han mejorado mucho y hay una buena red de carreteras que te permiten desplazarte con relativa rapidez. Después de todo, estamos en una zona montañosa. Pero también hay lugar para carreteras secundarias de esas que parecen llevar el fin del mundo.
Los árboles flanquean el asfalto. El cielo nublado suaviza los contrastes de luz.
Y aquí tenemos a un par de amigos que venían a vernos todos los días.
La región de Los Oscos está llena de pequeños pueblos muy interesantes. Es una zona tranquila para pasear y los bosques abundan.