Toca hoy
una etapa más de mi viaje a Eslovenia, allá por la Semana Santa de 2009, la que
nos lleva al Castillo de Podsreda por unas carreteras secundarias muy
tranquilas, que atravesaban inmensos campos de flores bajo un sol suave, en una
primavera aún incipiente.
Primero
hice una parada en un castillo que parecía estar abandonado, el de Rajhenburg.
He buscado información sobre él y parece que lo han restaurado, porque cuando
estuve yo parecía estar cerrado y no había nadie para enseñarlo.
El castillo en sí se remonta al siglo
IX, aunque la construcción actual es del XVI. Cercano a Brestanica, es sede de
varias salas de exposiciones además de tener un salón para banquetes de bodas y
un café.
A finales
del siglo XII acogió una comunidad de monjes trapenses que producían chocolate
y licores, pero los alemanes lo convirtieron en 1941 en un centro de
deportación de eslovenos. Se calcula que 45.000 personas pasaron por aquí
camino del exilio. Tras la SGM fue transformado en prisión de mujeres.
Tras esta
breve parada, seguí camino hacia el Castillo de Podsreda, que se encuentra a
unos veinte minutos de aquí, muy al este del país.
El
castillo, que entrevemos desde una de las curvas de la carretera, data de
mediados del siglo XII y es una de las construcciones románicas mejor
conservadas de Eslovenia. Tiene una torre defensiva, y una capilla también
románica.
En el momento de mi visita lo
dedicaban a exposiciones temporales.
Dada su posición elevada, domina el
valle, y las vistas son bonitas.
Guardo
muy buen recuerdo de la visita. Si bien no parecen muy acostumbrados a recibir
mucho turismo, al menos cuando estuve yo, los eslovenos son gente muy amable y
tranquila.