Mi primer día en Iguazú transcurrió en Brasil, con una caminata por la selva subtropical, un paseo en barco por el río Iguazú – unos 4km por encima de las cataratas – y con la visita al Parque Nacional. Dicen que la primera impresión es la que queda, y deben tener razón porque a mí tardará en olvidárseme. El lado argentino es el de la derecha de las fotos, pero lo dejamos para otra ocasión; hoy nos centramos en el brasileño.
Se baja cómodamente en ascensor, hasta la pasarela, que como veis discurre paralela al borde de la cascada. Es una forma de acercar la naturaleza a todos sin que ésta se vea dañada por los visitantes.
A la izquierda hay varios miradores desde los que admirar la caía del agua.
A nuestro lado aparece un mar embravecido, lleno de escollos.