Ya os
contaré en otra ocasión nuestra llegada a Botsuana, porque hoy nos vamos
directos a ver el primer grupo de leones del viaje. Son las cuatro de la tarde
y la luz del sol es la que más me gusta.
Apenas
llevábamos una hora de nuestro primer safari y compartíamos todoterreno con una
pareja de recién casados mexicanos, cuando encontramos este grupo de once
leones formado por tres hembras adultas, cuatro machos muy jóvenes y otras
cuatro hembras, igualmente de corta edad.
Botsuana
es el paraíso de los safaris por varios motivos. En primer lugar porque no está
tan masificada como Kenia o Tanzania, en segundo, porque es fácil acercarse
mucho a los animales.
Los
leones estaban descansando, tumbados aquí y allá en pequeños grupos. Otros
vagaban perezosamente en torno a nuestro vehículo, que como podéis apreciar
estaba muy cerca.
Aunque
nos enseñaran los dientes, estuvieron muy tranquilos todo el tiempo.
Hay que considerar
que los jeeps van muy abiertos, así que si os dan miedo los animales salvajes
os recomiendo otro tipo de safaris. Ni que decir tiene que yo prefiero estar
cerca de las fieras…
Una de
las leonas adultas llevaba un collar de localización, por lo que sospecho que
nuestro encuentro no fue del todo casual. Siempre me quedará la duda.
Después
de un buen rato seguimos camino, pero poco antes de la puesta de sol
regresamos, ya camino del lodge, a comprobar si se habían movido. Los muy perezosos
seguían en el mismo sitio, esperando la noche, quizás, para cazar.
Disfrutar de estos animales en su
hábitat es toda una experiencia.