domingo, 15 de diciembre de 2013

Roma III – Museo Nazionale Romano

Vale la pena disponer de unas cuantas horas porque este es un museo que hay que coger con ganas. Es mucho lo que hay que ver, pero al ser tan variado no se cansa la vista, sólo las piernas.

Esta es una pequeña muestra de las esculturas que se pueden admirar allí. Como de costumbre en la capital italiana, las obras están magníficamente expuestas.







El museo está compuesto en realidad por varios edificios que se distribuyen a lo largo y ancho de Roma. Nosotros estuvimos en el que se encuentra cerca de la Piazza della Repubblica.

Fue fundado a finales del siglo XIX y recoge piezas desde el 500 a.C hasta el siglo III d.C. Su colección de escultura es magnífica, pero también hay muy buenos frescos, procedentes de antiguas villas romanas.



Algunas habitaciones se han reconstruido enteras y no es difícil retroceder dos mil años en el tiempo e imaginar cómo debía ser la vida entonces.



Cuando nos cansemos de ver salas y salas con frescos podemos cambiar de tercio y admirar los mosaicos. Bien conservados, mejor expuestos y plagados de pequeños detalles.




Con más o con menos colores, con personas o animales, con figuras geométricas o seres fantásticos. Todos son diferentes.