Nos gustó
tanto que fuimos a verlo dos veces. Es enorme, como podemos apreciar en este
plano, pero la visita está tan bien organizada, que es posible verlo todo sin
perderse a pesar de sus más de 20,000 metros cuadrados. Nosotros lo vimos
primero por nuestra cuenta y luego con una guía.
A pesar
de la riqueza arquitectónica de Arequipa, no creo que ninguna otra atracción
esté a la altura de este monasterio de monjas fundado a finales del siglo XVI.
María de
Guzmán, viuda de Diego Hernández de Mendoza, rica y joven, se convirtió en la
primera priora, además de fundadora. Era entonces tradición que los hijos que
habían nacido en segundo lugar, optaran por la vida religiosa, debiendo pagar a
la entrada en este monasterio una dote equivalente a 150.000 dólares actuales.
De ahí que las celdas que vemos sean tan espaciosas. Si os fijáis, las camas
están bajo los arcos, una medida de protección contra los frecuentes
terremotos.
Las
primeras monjas españolas no llegarían hasta finales del siglo XX,
cuatrocientos años más tarde de su fundación. En su momento de mayor esplendor
vivían aquí hasta 450 personas, siendo un tercio de ellas monjas y las demás
sirvientas. En la actualidad quedan una veintena. Encontramos así otras
dependencias como hornos para cocinar o lavaderos.
Edificado
en estilo colonial, con una piedra muy porosa, procedente de los volcanes que
vigilan la ciudad, el monasterio es un laberinto de calles con nombres
españoles, patios, claustros, celdas…
El origen de tanto desorden hay que
buscarlo en los frecuentes terremotos que asolan esta región privilegiada. Con
los dormitorios comunes derruidos, fueron los propios familiares de las
religiosas quienes decidieron construir celdas privadas, a las que se fueron
añadiendo durante dos siglos otras construcciones.
Los
colores vivos son un reclamo y la capacidad de asombro nunca se ve colmada. Hay
geranios por todas partes, y caminamos bajo un cielo completamente azul.
Subiendo
unas escaleras accedemos a unas azoteas desde las que se divisan los volcanes.
En la
actualidad alberga una importante pinacoteca con unas 400 obras, la mayoría de
tipo religioso, que fueron encontradas en el mismo monasterio. Es una forma
excelente de conocer la pintura tanto virreinal del Perú, como la de la Escuela
Cusqueña.
La luz de
la tarde incide sobre las fachadas, al tiempo que van creciendo las sombras.
Os dejo
un enlace a la página web para los que quieran
ampliar la información. Gran parte de lo que expongo, entremezclado con mis
recuerdos, lo he sacado de ella, por cierto.