“Un hombre llamado Hau-Maka tuvo un sueño y su espíritu
se trasladó a Matakiterami. Abordó primeramente los tres islotes que se hallan
al pie del volcán Rano Kao.
[…] Luego se fue a recorrer la isla en búsqueda de una
bahía donde pudiese desembarcar el rey Hotu-Matua.”
Del libro
Fantástica Isla de Pascua, de Francis Mazière, una joya difícil de conseguir ya
que está descatalogado.
Según la tradición,
la bahía que mencionan es Anakena y fue aquí donde arribó el rey polinesio Hotu
Matu’a con su familia. Lo hizo en dos canoas de treinta metros de eslora en
donde cabrían unas doscientas personas. No está nada claro cuándo se
establecieron los primeros isleños, y el rango de fechas se extiende a lo largo
de varios siglos, desde el año 300 hasta el 1200. Tampoco se conoce el motivo
de su viaje aunque la tradición se refiere a un desastre natural, ya que “la marea alta lo destruyó todo”.
Nuestra
llegada fue mucho más prosaica, por tierra y en un pequeño autobús cargado de
turistas, bajo un cielo cubierto de nubes.
Pasamos junto a
unas palmeras y nos acercamos al Ahu Nao Nao, el primero en ser restaurado en
toda la isla.
Muy cerca hallamos el Ahu Ature, con su solitario
moai.
Anakena es una de las pocas playas de arena coralina
que encontramos en la Isla de Pascua. La otra playa no tenía acceso por tierra
debido a un derrumbe y nos la perdimos.