Costa Rica es
conocida, además de por su exuberante naturaleza, por los deportes de aventura,
y más concretamente por el canopy o tirolina.
Regresábamos de una
excursión en bote por los canales de Tortuguero cuando empezó a llover y eso me
hizo dudar un poco, pero pensé que era entonces o nunca y me animé a hacerlo.
La mejor manera de vencer el miedo es enfrentarlo.
Se trata de una
tirolina para principiantes, en la que al haber menor altura, unos veinte metros,
se coge menos velocidad. Por el contrario, se atraviesa el bosque en vez de ir
por encima, por lo que se puede apreciar mejor.
Aquí
estamos, bien apretaditos en una de las plataformas, aprovechando el espacio
disponible como si nos fuera la vida.
En esta se puede apreciar mejor la altura aunque
sigamos sin ver el suelo.
Para ganar altura y poder deslizarnos luego por el
cable había que atravesar algunas pasarelas. Esta chica alemana no las tenía
todas consigo y me preguntó si ya lo había hecho antes. Le contesté que no,
pero que me fiaba de las cuerdas que eran parecidas a las del barranquismo.
Se toman en serio
las medidas de seguridad, siempre había alguien a nuestro lado y el enganche
era doble, de forma que en todo momento estábamos atados por al menos una
cuerda.
La
señora que se balancea a veinte metros del suelo es una española de más de
setenta años, pero el récord lo tiene otra dama de noventa. No me lo podía
creer.
Aquí vemos a otra
española deslizándose por el cable entre los árboles.
Y este es el
recorrido, que como digo, era para principiantes. Los que busquen emociones
fuertes deben ir a Monteverde.