Pretendíamos
hacer una segunda visita a las cataratas durante nuestra última tarde en
Zimbabue, pero la lluvia nos lo impidió, de forma que tuvimos que madrugar a la
mañana siguiente para acercarnos antes de que viniesen a buscarnos rumbo al
aeropuerto.
Las tuvimos
para nosotros solos, y las fotografiamos a nuestro antojo, pero la lluvia nos
obligó a acortar la visita. Más tarde, mientras desayunábamos, salió el sol,
pero era ya demasiado tarde.
Aprovecho esta
tercera entrada sobre las Cataratas Victoria para dar algunos datos, la mayoría
extraídos de la Wikipedia.
La altura
de las cataratas oscila entre los 70 y los 108 metros, doblando los 51 metros
de Niágara. Miden 1.708 metros frente a los 1.200 de la norteamericana. No es
la más alta ni la más ancha del mundo, pero pienso que la belleza no se mide
por metros.
Su único
rival serían las de Iguazú, con sus 82 metros de alto y sus impresionantes
2.700 metros de ancho, si bien los africanos alegan que las sudamericanas se
componen de varias cascadas. Las de Niágara, siendo impresionantes, están en
otra categoría. Yo he tenido la suerte de ver las tres y no creo que sea
cuestión de establecer comparaciones.
Como
vimos en la entrada anterior (05 de febrero de 2015), las cataratas han ido
remontando el río durante los últimos 100.000 años, dejándonos seis cañones,
cuyo tamaño nos indica que las de hoy no son las más anchas de la historia.
Si bien David
Livingstone las descubrió al mundo occidental, ya aparecían en algunos mapas
alrededor de 1850. No obstante, hasta la llegada del ferrocarril en 1904, recibieron
muy pocas visitas. Un año después, en tan sólo catorce meses se construyó el
famoso puente, que sería inaugurado por el hijo de Charles Darwin el 12 de
septiembre de 1905.
Más tarde,
a mediados del siglo XX, una línea aérea conectaría Sudáfrica con Southampton
en un viaje de siete días, con escalas en Augusta, Cairo, Luxor, Kartúm, Port
Bell y Victoria Falls antes de llegar a Vaal Dam.
Por otro
lado, el río Zambeze, con sus 2.693 km es el cuarto más largo de África,
después del Nilo, el Congo y el Níger. Su cuenca es inmensa y ocupa 1.390.000
km cuadrados. Las lluvias se producen desde noviembre a marzo, pero debido a
las grandes distancias, el mayor volumen de agua se recoge en abril.
Precisamente
la lluvia fue la que nos impidió continuar nuestro paseo, ya que tuvimos que
regresar al hotel unos minutos antes de lo previsto. Con tres vuelos y casi 24
horas de viaje ininterrumpido por delante no era muy recomendable meter ropa
húmeda en la maleta.
Así
terminó nuestro viaje por Botsuana y Zimbabue, pero antes de cerrar esta
entrada os dejo unos consejos:
Yendo por la mañana temprano hay menos gente.
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Aunque haga sol, el agua de las cataratas puede mojar
vuestra cámara. Llevad una bolsa plástico para protegerla. Un chubasquero
ligero para vosotros tampoco es mala idea.
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Cuando fuimos nosotros hacía calor, de forma que no nos
hizo falta ropa de abrigo, pero comprobad la temperatura. Puede que también necesitéis
crema solar.
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En los meses después de las lluvias, llevan más agua, pero son más difíciles de
fotografiar.
Os dejo
también los enlaces a mis otras dos entradas sobre este lugar.