La vista desde la carretera promete. Estamos en la parte más occidental del Valle de Aosta, en Italia, y vamos camino de los Alpes franceses.
Hay que tomar cuatro funiculares para ascender hasta el Aiguille du Midi. Se puede tomar otro más para llegar a Chamonix, pero se tarda demasiado. Preferíamos echar el día entre montañas.
Ya en el primer funicular aparecieron las primeras nubes. Pero en la montaña suele hacer viento, así que sólo es cuestión de esperar a que el tiempo cambie. En nuestro caso cambió a peor.
Al tomar el segundo funicular la cosa no pintaba nada bien. Al llegar al tercer mirador estábamos dentro de las nubes y no se veía nada en absoluto. En la siguiente foto empezaba a despejarse. Paciencia.
Un poco más.
Parece que sí, parece que no. La Aiguille du Midi está al final de esos cables.
Ahora la veis mejor, al fondo a la izquierda.
Empieza a merecer la pena.
No había nadie a quien preguntar, pero me parece que éste es el Mount Blanc. He buscado fotos en Internet para corroborarlo, pero la nieve es traviesa y no posa siempre de la misma manera. También depende mucho de desde dónde se haga la foto.
Tomamos el cuarto y último funicular. Se tarda media hora en llegar. Media hora colgados, con montañas a la izquierda.
Y más montañas a la derecha.
Ese es nuestro destino.
A la derecha vemos un glaciar.
Los tres puntitos negros de la izquierda son montañeros, más audaces que nosotros.
Una cabina muy amable, que se aparta para no tapar la montaña.
También hay aficionados al parapente con motor.