Bikaner es una
ciudad muy pequeña para los estándares indios (tiene medio millón de
habitantes) y está un poco alejada, en la parte noroeste del país, en el
Rajastán.
Nosotros
llegamos después de comer, con el tiempo justo de ver el Fuerte Junagarh y
estos templos jaimistas en los que me cayó un rapapolvo por no haberme
descalzado. El caso es que le pregunté a nuestro chófer, pero se ve que quiso
gastarme una broma porque me dijo que no hacía falta. También es posible que el
malentendido lo causara el que su inglés y el mío se parecían muy poco y que
estábamos al principio del viaje.
El lugar estaba
vacío y no había nadie en quien fijarse hasta que llegó aquel indio maleducado.
Como
podéis ver, al templo no le falta ni pintura ni ornamentación.
La parte positiva es que se pueden hacer fotos en casi
todos los templos de la India. Menos mal, porque no es habitual encontrarse con
la típica tienda de recuerdos, mucho menos con postales o libros que poder
comprar.
Espero que estas dos entradas (la otra
la publiqué el 8/9/14) os hayan dado una idea de lo que podéis encontrar en
Bikaner. A mí me parece un lugar interesante, pero también es cierto que
nosotros añadimos cuatro o cinco días al circuito típico por el Rajastán. No
queda en la ruta habitual y hay que tener en cuenta las distancias y las horas
de coche para llegar a estos sitios.