Hoy
nos vamos a Verona, en el norte de Italia, a la Plaza del Mercado, que fue
antiguo foro de la ciudad cuando la habitaban los romanos. Llego desde el sureste,
y me recibe una escultura del poeta Berto Barbarani, que anda embelesado con la
belleza de la plaza, entretenido con el trajinar de turistas y locales entre
los habituales puestos de frutas y verduras.
En la
parte norte de la plaza encontramos el antiguo ayuntamiento y la Torre dei
Lamberti, de 83 metros de alto y terminada en 1464, tras una lenta construcción
de casi tres siglos. Hay otros edificios notables, como la Casa Mazzanti,
decorada con frescos mitológicos del siglo XVI, restaurados por A. Cavalli.
En el
lado oeste, el más corto, se alza el Palazzo Maffei, de 1668, coronado por una
galería con seis esculturas paganas, Hércules, Júpiter, Venus, Mercurio, Apolo
y Minerva. Al frente una columna de mármol con el león de San Marcos, símbolo
de la república veneciana, y al lado, la torre del Gardello, construida en 1370
por Cansignorio della Scalla en ladrillo, aunque la cubierta en forma de
campana es de 1626.
En
dirección sur tenemos la Casa dei Mercanti, sede del Banco de Verona en la
actualidad. Sus formas románicas las debemos a Alberto I della Scala (1301)
aunque fue restaurada en el siglo XIX.
Pero
el monumento más antiguo de toda la plaza lo tenemos en la Fuente della Madonna
Verona, erigida por Cansignorio della Scala en 1368, y cuya escultura romana
data del 380.
No muy
lejos de allí encontramos el Palacio Episcopal, del siglo XV, con un almenado
característico. Al patio dan los ábsides de San Giovanni in Fonte, mientras que
la torre es de 1172.
Verona
es relativamente pequeña, pero como podéis constatar, está llena de tesoros,
muchos de los cuales aún tengo que mostrar aquí.