jueves, 27 de octubre de 2016

Lago de los Cuatro Cantones

Llevábamos unos días con el cielo cubierto de nubes, así que cuando vimos que la previsión meteorológica para la tarde del sábado nos prometía algo de sol, nos lanzamos camino de la estación en busca de un tren que nos acercara a Flüelen, donde los árboles mostraban ya los colores del otoño.





A esta hora del día, la mayor parte de este extremo del lago está ya en sombras, y el aire era fresco, pero resistimos en cubierta porque no queríamos perdernos el paisaje. Los árboles de la orilla y el color oscuro del agua eran un espectáculo. De la pradera de Rütli, que vio nacer a lo que hoy es la Confederación Helvética ya os hablé en otra ocasión.




De hecho, parte de este recorrido ya os lo he mostrado, porque las excursiones alRigi suelen terminar con una navegación desde Vitznau hasta Lucerna, pero esta era la primera vez que hacía el lago de punta a punta. El barco tarda algo menos de tres horas, ya que va parando en algunos de los pueblos que hay junto al agua, deteniéndose a veces en pequeños embarcaderos que, aislados, parecen no llevar a ninguna parte. Muchas de las casas se encuentran diseminadas por los montes y varios caminos recorren las colinas.




Al llegar a Brunnen el sol nos acompaña ya hasta el ocaso sin que ningún monte se interponga. Poco a poco, el barco se va llenando de pasajeros, al tiempo que nos cruzamos con los que vienen desde Lucerna. El lago se abre y se presta a las fotos panorámicas mientras la luz se torna más cálida.





Al arribar a Vitznau ya tenemos la luz dorada previa a la puesta de sol.





Hoy el monte Pilatus está libre de nubes y el sol se esconde tras él, ofreciéndonos esta vista.





La luz desaparece con rapidez, pero aún llegamos a Lucerna a tiempo de tirar algunas fotos. El rango dinámico del teléfono no es tan bueno como el de la réflex y apenas se distinguen los edificios, pero me gusta ese cambio de la luz cálida a otra más fría.



Justo al lado de la KKB han instalado algunas atracciones de feria, como esta noria que se refleja en el estanque.




Es un bonito punto final a nuestra excursión, ya que únicamente nos resta tomar otro tren que nos lleve de vuelta a Zug.

domingo, 16 de octubre de 2016

Costa Rica XI – Río Peñas Blancas

Muchas de las excursiones que hice en Costa Rica las fui organizando sobre la marcha, algo recomendable, ya que la oferta es inmensa. Este paseo por el río Peñas Blancas, no fue una excepción.

Éramos media docena de turistas los que subidos en una furgoneta, soportábamos estoicamente los baches del camino. Yo iba armado de mi cámara y objetivos más grandes, con la idea de que no se me escapara ningún animal.

Cuál es mi sorpresa, cuando al llegar veo que están hinchando un par de balsas. Esperaba el típico crucero y no tenía ni idea de que fuésemos a hacer rafting.


Afortunadamente, la corriente es escasa y el agua baja muy tranquila, por lo que no hay peligro para la integridad de mi equipo fotográfico.

El paseo es precioso, y se ven bastantes animales, pero esperaba ver algunos más que quizás se escondieron a nuestro paso. No obstante, como digo, lo pasamos muy bien.






Costa Rica está orientada al turismo de calidad, y eso se nota, tanto por los servicios que ofrece como por el tipo de gente que visita el país. Desde el punto de vista de biodiversidad es un auténtico paraíso. Que no os engañe su tamaño, porque hay muchísimo que ver.


Unas veces tenemos los animales tan cerca que casi los pisamos sin darnos cuenta. Otras veces cuesta un poco descubrirlos por lo bien camuflados que están, pero los guías son expertos en descubrirlos.




Había muchas iguanas, pero la estrella fueron los basiliscos, porque era la primera vez que los veía.




Este cocodrilo nos miraba de reojo…


Hay una gran variedad de excursiones, casi todas relacionadas con la naturaleza, y es fácil contratarlas allí, al menos en noviembre, que es cuando estuve yo.