jueves, 24 de marzo de 2016

México XIII – Chichén Itzá

Aquél viaje por México, en mayo de 2010, fue excepcional por muchos motivos, siendo uno de ellos la cantidad de monumentos que pude ver de cerca después de haberlos admirado en documentales y revistas.

¿Quién no ha oído hablar de Chichén Itzá?

Esta es la famosa Pirámide de Kukulcán, que mide 55 metros de ancho y se eleva 24 metros. Cada lado tiene 91 escalones (364 en total) a los que hay que añadir uno más para llegar al templo.


En la base de la escalinata norte encontramos dos colosales cabezas de serpientes emplumadas.




Ocupa un lugar destacado entre los templos de la península de Yucatán, en el extremo sureste de México, y forma parte de cualquier circuito turístico que se precie, pero merece la pena visitarlo en un grupo reducido de personas para apreciarlo mejor.






Según la Wikipedia, los edificios que vemos hoy corresponden al periodo postclásico, cuando la cultura maya se encontraba ya en declive. Y aun así, a pesar de lo anterior, del paso del tiempo y del deterioro sufrido, nos impresionan. Parece que muchos edificios sufrieron graves daños en el siglo XI, siendo reconstruidos más tarde.

El dios que preside el lugar es Kukulcán, representación maya de Quetzalcóatl, de la cultura tolteca. Id aprendiendo los nombres, que al final de la entrada os hago un examen.




La Unesco reconoció la importancia del yacimiento al declararlo Patrimonio de la Humanidad en 1988.

El nombre hace referencia al Cenote Sagrado, el gran pozo natural que los habitantes de la región consideraban una de las entradas principales al inframundo, sede de importantes dioses, como los de la lluvia.

Chichén Itzá, fundada hacia el año 525 por los chanes de Bacalar, conservaba su fama de sitio sagrado en la época de la conquista.

Junto a la pirámide principal, a veces, medio invadidos por la selva, encontramos otros monumentos notables, como El Caracol, que era un observatorio astronómico, el Templo de los Guerreros o el Templo de las Mil Columnas.










Y no podía faltar un enorme campo de juego de la pelota.



Con cada entrada que hago de México redescubro la inmensa riqueza arqueológica de este bonito país.