lunes, 23 de febrero de 2015

Costa Rica VIII - Volcán Arenal I

Una breve entrada con algunas fotos tomadas desde mi hotel, que en realidad era un resort, porque otro día os llevaré de excursión por las faldas del volcán.

Tuve mucha suerte, porque esa mañana el cielo estaba más o menos despejado y podía verse la cumbre. Poco después se cubrió y ya no volví a verla en los días que estuve por la zona.


La piscina la dejo para última hora de la tarde, porque hoy tengo excursión contratada por el río Peñas  Blancas (otro día le dedicaremos una entrada) y antes quiero darme una vuelta por el hotel.    





Este tipo de hoteles son algo incómodos a la hora de desplazarse, pero ofrecen a cambio la tranquilidad de poder pasear entre la vegetación sin que nadie te moleste. A esas horas de la mañana el lugar estaba desierto.    





El Volcán Arenal está cerca de La Fortuna, una pequeña población que habíamos atravesado la tarde anterior y tiene una altitud de 1670 metros. Su última erupción data de 1968.    



Merece la pena quedarse unos cuantos días para poder hacer varias excursiones y para disfrutar con calma del lugar.    


viernes, 13 de febrero de 2015

Rinocerontes en Zimbabue

Los que me seguís desde hace tiempo sabéis que el de Botsuana y Zimbabue ha sido mi segundo viaje de safari fotográfico, ya que en 2010 estuvimos en el norte de Tanzania.

Fue allí donde vimos cuatro de los “big five” quedándonos pendiente el rinoceronte, que tampoco pudimos ver en los parques visitados en Botsuana. Como disponíamos de tiempo libre en Victoria Falls decidimos apuntarnos a un safari por una reserva privada llamada  Stanley & Livingstone en la que cuidan de estos animales.

Aunque la reserva es enorme, no es lo mismo que encontrarlos en plena libertad, sobre todo, porque los seis ejemplares adultos que aquí se hallan tienen los cuernos recortados con el fin de protegerlos de los furtivos.

Para quien no lo sepa, los rinocerontes, tanto los blancos como los negros, están en peligro de extinción, ya que los matan por el elevado valor de sus cuernos, que algunos creen tienen poderes afrodisiacos. Sólo en Sudáfrica mataron 1400 de estos animales el año pasado.

Estuvimos recorriendo la reserva, admirando animales que por ya vistos me impresionaron menos, y dejaron los rinocerontes para el final. Llevan dispositivos de seguimiento, así que nuestros guías sabían bien dónde encontrarlos.







El terreno sigue siendo bastante llano, con la típica arena del Kalahari.







Por el camino nos iban explicando cómo hacen lo imposible para proteger a estos animales de unos furtivos cada vez más profesionales y mejor preparados. Es una guerra a muerte en la que no se hacen prisioneros ya que cualquiera de los dos bandos dispara sin preguntar.

En el momento de nuestra visita tenían seis adultos y tres crías. Nosotros vimos a esta madre con la suya desde bien cerca.





Perfectamente conscientes de nuestra presencia, cruzaron por delante de nuestro vehículo, ignorándonos por completo.    



Muy a lo lejos vimos a otra madre con su cría y a otro rinoceronte adulto.    



Confiaba en verlos de cerca, pero parece que nuestros guías tenían otra intención, y antes de que nos diéramos cuenta enfilábamos hacia la salida. Fue una decepción, aunque entiendo que tampoco hay que atosigarles con los turistas.    


Espero volver a encontrarlos en estado completamente salvaje, y no me olvido de que aún tengo que ver los negros. Ya estoy deseando volver a marchar de safari.