domingo, 15 de diciembre de 2013

Roma III – Museo Nazionale Romano

Vale la pena disponer de unas cuantas horas porque este es un museo que hay que coger con ganas. Es mucho lo que hay que ver, pero al ser tan variado no se cansa la vista, sólo las piernas.

Esta es una pequeña muestra de las esculturas que se pueden admirar allí. Como de costumbre en la capital italiana, las obras están magníficamente expuestas.







El museo está compuesto en realidad por varios edificios que se distribuyen a lo largo y ancho de Roma. Nosotros estuvimos en el que se encuentra cerca de la Piazza della Repubblica.

Fue fundado a finales del siglo XIX y recoge piezas desde el 500 a.C hasta el siglo III d.C. Su colección de escultura es magnífica, pero también hay muy buenos frescos, procedentes de antiguas villas romanas.



Algunas habitaciones se han reconstruido enteras y no es difícil retroceder dos mil años en el tiempo e imaginar cómo debía ser la vida entonces.



Cuando nos cansemos de ver salas y salas con frescos podemos cambiar de tercio y admirar los mosaicos. Bien conservados, mejor expuestos y plagados de pequeños detalles.




Con más o con menos colores, con personas o animales, con figuras geométricas o seres fantásticos. Todos son diferentes.



domingo, 1 de diciembre de 2013

Skocjanske Jame


Mi segundo día en Eslovenia comenzó con una de las grandes atracciones del país, o quizás debería decir del mundo, porque este sistema de cuevas es uno de los mayores cañones subterráneos conocidos por el hombre.




Como no dejaban hacer fotos dentro de la cueva, me he agenciado unas cuantas en la Red, pero no llegan ni de lejos a mostrar la belleza de este lugar. Algunos datos los he obtenido de Wikipedia.

Sus dimensiones son abrumadoras. Mide unos 3,5 km de largo por entre 10 y 60 metros de ancho, pero la profundidad del cañón supera los 140 metros en algunos puntos. Todo ello bajo tierra.

El camino discurre en gran parte junto al río, solo que muchos metros más arriba. Lo cruzamos varias veces y pudimos comprobar su profundidad a pesar de que no había mucha luz.





Con estas características, no me extraña que esté catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En realidad es un ecosistema muy particular.

Estamos en la región del karst, cerca del golfo de Trieste. El nombre de esta zona de Eslovenia ha terminado por dar nombre a todos los terrenos de piedra caliza en los que se filtra el agua, formando cuevas, dolinas y ríos subterráneos.





El río Reka desaparece de la superficie en Velika Dolina y discurre bajo tierra a lo largo de 34 km en dirección al mar Adriático. Resurge cerca de Monfalcone, donde se une al río Timavo.



Parece que estas cuevas ya eran conocidas en el siglo II a.C. pero el turismo como tal no llegó aquí hasta 1919. En la actualidad la visitan unas 100.000 personas al año. La visita dura una hora y media que se hace muy corta; la temperatura es de unos 12ºC.

Al ir siguiendo la corriente hemos bajado varios metros sin darnos cuenta, pero a la salida nos espera un pequeño ascensor para facilitarnos el regreso.




Se me hace raro publicar una entrada en este blog sin mis fotos, pero creo que merecía la pena dar a conocer un lugar así.