lunes, 30 de noviembre de 2015

Chile XI – Mirador cuernos

Nuestro viaje por Chile, del que guardo muy buen recuerdo, fue espectacular, pero tuvimos agua como para acabar con varias sequías seguidas.  Aquella mañana, ya casi al final del viaje, no fue una excepción.

Estábamos en Torres del Paine camino del mirador cuernos, y la lluvia golpeaba los cristales del todoterreno hasta el punto de hacerme enfadar, maldiciendo nuestra mala suerte. Por fortuna, pareció remitir un poco y pudimos iniciar la caminata sin mojarnos.

La vegetación es baja, adaptada a las inclemencias del viento, a la altitud y a los fríos inviernos. Cualquiera diría que esto es un día de primavera.



Las montañas apenas si se adivinaban tras las nubes.



Los lagos eran de plomo, sin luz del sol que poder reflejar.





En Torres del Paine hay caminatas para todos los gustos. Esta nuestra es corta y sencilla, al alcance de cualquiera. Poco a poco, según íbamos avanzando, las nubes se iban levantando, aunque fuera a regañadientes.

Después de superar un pequeño repecho nos encontramos con esta visión.




Las nubes se apartaron lo justo como para que pudiésemos disfrutar de los picos. El espectáculo es grandioso, y uno se siente muy, muy pequeño ante tanta inmensidad.





En el camino de vuelta encontramos un par de bandurrias que se pusieron a tiro de nuestros teleobjetivos.



Y antes de que nos diésemos cuenta, las nubes habían reconquistado su reino, pero nosotros ya habíamos aprovechado nuestra oportunidad, y nos llevábamos un tesoro en imágenes, en nuestras tarjetas y retinas.




La ruta terminaba en el Salto Grande, que ya habíamos visitado durante nuestra primera tarde.



jueves, 19 de noviembre de 2015

Botsuana III – Llegada al Delta del Okawango


Zúrich – Madrid
Madrid – Ámsterdam
Ámsterdam – Johannesburgo
Johannesburgo – Maún
Maún – Lodge

El viajecito se las trae, yendo al sur, al norte, al sur, al norte y más al norte, pero llegamos de una pieza, que es lo importante, y con ganas de comenzar nuestro segundo safari por tierras africanas.

Nuestros aviones iban siendo cada vez más pequeños, hasta hacer el último tramo en una avioneta en la que nos apiñábamos tres pasajeros. Cuando te advierten de que lleves poco equipaje y de que éste sea flexible, hablan en serio.

Así pues, nuestra primera visión de esta parte de Botsuana fue desde el aire.



Nos esperaban a pie de pista, bajo un cielo gris, ya que es noviembre, el comienzo de la temporada de lluvias. La avioneta sigue camino con la tercera turista, que se alojaba en otro lodge.



Es el momento de guardar el móvil y desenfundar la cámara, porque el safari empieza aquí, camino del lodge.

Termiteros más altos que una persona, zonas inundadas que hay que vadear, y los primeros animales nos esperan.






Esta es nuestra carretera, inundada por un río extraño que no muere en el mar.


Nuestros primeros hipopótamos están demasiado lejos para mi 300mm. Otros animales están más cerca.






Las jirafas no querían saber nada de nosotros.




Cebras y ñus conviven, sacando partido del olfato de unos y la vista de las otras. Atravesamos una zona en la que un incendio reciente nos ofrece un paisaje inesperado.




Un ñu solitario, seguramente perdedor en alguna pelea, busca la compañía de unos impalas.




Un topi pasa junto a nosotros mientras un puñado de cebras no nos quitan ojo.




Compartíamos jeep con una pareja de recién casados mexicanos que estrenaban cámara. La chica hacía las fotos en “A” pensando que era el modo automático…


Esa misma tarde vimos un grupo de leones, pero de ellos ya os hablé en esta otra entrada, así que hoy nos despedimos con un poco más de paisaje.