lunes, 26 de marzo de 2012

Central Park, otra vez

Como hace ya dos años que dediqué otra entrada a este parque neoyorkino, he pensado que iba siendo hora de dar otra vuelta. En aquella ocasión tomé algunos datos de la Wikipedia y expliqué su proceso de creación, así que hoy nos limitaremos a ver algunas fotos.
Las primeras fueron tomadas una mañana de noviembre, con el otoño bien avanzado. Era un día claro y soleado.


Los colores de los árboles destacaban sobre un cielo azul limpio de nubes.



El parque es un remanso de paz en el que poder perderse. Uno se olvida de que está dentro de una gran metrópoli, pero los edificios son tan altos que aparecen cuando menos te lo esperas para recordártelo.




La poca gente con la que nos cruzamos pasea o hace jogging en silencio. Ya es por la tarde y el cielo se ha nublado.




Algunos árboles impresionan por su tamaño.


Poco a poco nos quedamos sin luz y las fotos piden un trípode que no llevo.


jueves, 8 de marzo de 2012

El bosque fósil

Seguimos en España, pero nos retrotraemos a diciembre de 2010, a un fin de semana que pasamos por la zona de Cervera de Pisuerga. Nos encontramos en el Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente-Cobre.

Por la mañana hemos hecho la sencilla senda del roblón. Por la tarde nos dimos una vuelta por otra senda igualmente fácil de apenas 3km, la del bosque fósil, que también es circular. La salida la hacemos desde el pueblo de Verdeña.






A pesar de los malos augurios de fuertes nevadas aún disfrutamos de algo de sol, aunque conforme avanza la tarde el cielo se va cubriendo de nubes. Pronto nos encontramos en un bosque de robles.




La subida es muy fácil de hacer, incluso con tanta nieve.



Las vistas son espectaculares.


Hacia el otro lado también.



El bosque fósil fue descubierto gracias a una explotación de carbón a cielo abierto, en una pared rocosa en la que se pueden observar, con cierta dificultad, las marcas que dejaron los árboles hace más de 300 millones de años. Toda la pared se puede observar cómodamente  desde un mirador.


Si echamos la vista atrás veremos nuestras propias huellas, en una nieve impoluta.




Seguimos camino hacia el mirador de Pernía.


Y bajamos de vuelta al pueblo.