domingo, 23 de septiembre de 2012

El extremo norte de Córcega II

Retomamos el recorrido por esta península del norte de Córcega. Dejamos atrás Nonza y nos encaminamos hacia Pino, pasando por esta marina de Giottani.



Al llegar a Pino acortamos por la D180 hacia Santa Severa, porque el tiempo se nos echa encima y queremos pasar un rato en alguna playa. Las distancias no son grandes, pero con tanta curva y tanta parada fotográfica no se puede correr demasiado.


Ahora ya volvemos a la costa este de la península, y nos acercamos al puerto de Macinaggio para comer algo rápido. El color del agua es una maravilla y hay varios yates atracados en las diferentes calas.





Un paseo por la playa, un baño y algo de lectura tranquila. Todavía nos da tiempo a ver otra torre más en el camino de vuelta al hotel. Es la torre de l’Osse.



Las vistas desde la habitación del hotel tampoco están mal. Esta fue la noche en la que España le ganó a Francia en la Eurocopa, aunque nosotros no tuvimos mucho tiempo para celebrarlo; nuestro vuelo salía a las seis de la mañana.

domingo, 9 de septiembre de 2012

El extremo norte de Córcega I

Era nuestro último día en Córcega. Bueno, nos quedaba una noche más, pero nuestro vuelo partía a la seis de la mañana, así que teníamos que aprovechar el sábado lo mejor posible.

Nos levantamos con vistas hacia la isla de Elba y la Isola Capraia, atravesamos Bastia y fuimos en dirección a Patrimonio, pero nuestro recorrido por el interior no duró mucho y enseguida volvíamos junto al mar.




La torre de Ferringule está muy cerca de la carretera, junto a una playa de piedras que estaba desierta. Es una de las 85 torres que construyeron los genoveses y que se encuentran repartidas por toda la isla.



La carretera hacia Nonza es espectacular. Se ciñe a la montaña y aunque discurre siguiendo la línea del mar lo hace a una buena altura. Las vistas son espléndidas. Hay muy poco tráfico y podemos disfrutar de ellas.




Nonza aparece tras una curva. Es un pueblo encantador, con una torre en lo alto del acantilado, una pequeña iglesia y algunas calles empinadas.


No sé cuánto medirá esta playa, pero parece el lugar ideal para darse un paseo. La gente ha dejado mensajes inmensos utilizando piedras de un color más claro. Entre ellos se puede leer la palabra libertad.



Nosotros decidimos dejar la playa para por la tarde y subir hacia la torre, que ahora alberga una tienda de recuerdos.





Continuaremos viaje por esta península dentro de un par de semanas.