domingo, 27 de mayo de 2012

San Petersburgo - Canales I


En unos pocos días se cumplirán dos años de nuestra visita a San Petersburgo. Habíamos llegado tarde porque fueron unas cuantas horas de vuelo, incluyendo una escala en Alemania tan fugaz que una de nuestras maletas perdió el avión. Hacerse entender en Rusia, sin conocer el idioma no suele ser fácil.

En cualquier caso, en esta latitud y en junio los días son muy largos. Casi no hay noche, así que pudimos salir a dar una vuelta.



Según la Wikipedia, Alexander Nevsky fue un líder ruso y un santo de la iglesia ortodoxa. Hijo del gran duque Yaroslav, gobernador de Novgorod., luchó contra suecos, teutones y tártaros. Es tanta la historia que desconocemos, mejor dicho, desconozco, que me abruma.



Nada de esto sabía yo cuando hace ahora un par de años, decidimos alojarnos en un hotel de la avenida Nevsky en San Petersburgo.

Es una calle bien ancha y tiene 4km de largo. Siempre hay tráfico, pero las aceras son rectas y espaciosas, por lo que se puede caminar cómodamente.






Los edificios, que no son muy altos se suceden interrumpidos tan solo por algunos puentes que atraviesan los famosos canales de esta ciudad. La luz del atardecer creaba sombras y siluetas sobre ellos.



Pero también tuvimos ocasión de hacer fotos los días siguientes, con el sol bien alto.




Todo el centro está plagado de estos canales y es un disfrute poder caminar de uno a otro.





Nos despedimos con unas fotos del edificio Singer, que tiene una librería estupenda, y una cafetería donde poder desayunar.




viernes, 11 de mayo de 2012

Canadá: Glaciar Athabasca

Se nota que las fotos están escaneadas porque en mi primer viaje a Canadá, en junio de 2001, todavía tiraba con cámara analógica. De hecho, estaba estrenando una estupenda Nikon F-80 de la que guardo muy buenos recuerdos.

Fue un viaje muy completo en el que nos condujimos 5.000 kilómetros durante un par de semanas. Visitamos el desierto que hay al este de Calgary, con su fantástico museo de dinosaurios, uno de los mejores del mundo, para luego internarnos en las Rocosas.

Los parques se suceden allí como las cuentas de un collar y hay que detenerse cada varios kilómetros, ya sea para caminar por un sendero, visitar un lago o ver una cascada. Kootenay, Yoho, Jasper, Mt Robson, Wells Gray, Banff son sólo algunos de ellos. Es imposible ver más en quince días.

Y también quedan algunos glaciares, aunque muy menguados por el calentamiento que sufre nuestro planeta. Uno de ellos es el glaciar Athabasca situado en el parque nacional Jasper, en la provincia de Alberta.



En los últimos 125 años ha perdido la mitad de su volumen y ha retrocedido más de un kilómetro, pero sigue siendo todo un espectáculo. Me pregunto cómo estará ahora, diez años después.

Es muy accesible, ya que la carretera 93, también llamada la Icefields Park, pasa muy cerca, por lo que es el glaciar más visitado de Norteamérica. A sus pies encontramos el lago Sunwapta.




La visita se hace con un vehículo especial, llamado snow coach, que está adaptado para circular sobre la nieve hasta la parte frontal del glaciar. No en vano, el grosor del glaciar es tal que podríamos esconder la torre Eiffel con sus 300m de alto dentro de él. Este vehículo, como tuvimos ocasión de comprobar, puede salvar pendientes superiores al 30%.

Conservan un par de los más antiguos.





También se puede acceder a pie al glaciar, pero es aconsejable hacerlo con un guía, porque ya se sabe que a veces hay grietas ocultas en los glaciares y conviene ir con precaución.



No hay con qué comparar el grosor del glaciar para que os hagáis una idea, pero os aseguro que es profundo. Aquí lo vemos descendiendo por la ladera de la montaña.




Siento que la calidad de las fotos no sea la mejor, pero supongo que eso significa, espero, que he aprendido algo en estos años.