jueves, 8 de noviembre de 2018

Kenia II – Rinocerontes

Esta entrada es continuación de otra anterior, donde os comenté cómo conseguí completar mis “Big Five” en mi reciente visita a Kenia. Creo que la delicada situación en la que se encuentran estos animales – los rinocerontes – requiere de un pequeño esfuerzo por mi parte para darlos a conocer.


En la actualidad, sobreviven cinco especies en el mundo: el mal llamado blanco y el negro, en África; el de Java, el de la India y el de Sumatra. Tanto el negro como el de Sumatra están en peligro crítico de extinción. Todos son herbívoros, pesan al menos una tonelada (algunos superan las tres) y viven entre treinta y sesenta años.


Tienen un olfato muy agudo, su mejor sentido, aunque también oyen bastante bien, por lo que no conviene hacer ruido ni hablar alto si queremos que se acerquen, ya que suelen comportarse de forma esquiva. En cambio, su vista es bastante mala. Son animales solitarios y territoriales que no tienen predadores una vez son adultos y se encuentran en plena forma.


En realidad, no hay ninguno con la piel blanca, lo que pasa es que la palabra en afrikáans “wyd”, que significa ancho, y que hacía referencia a sus labios, se tradujo mal al inglés (white) por lo que en la actualidad se los conoce así.


De las cuatro subespecies de rinoceronte negro que había, ya se ha extinguido una. Hace poco murió también el último ejemplar macho de rinoceronte blanco del norte, llamado Sudán, por complicaciones médicas surgidas a sus 45 años. De esta subespecie solo quedan vivas dos hembras, lo que nos da una idea de nuestro fracaso en cuanto a conservación y respeto por la naturaleza se refiere. Ayer mismo leía que, por lo visto, las dos subespecies llevan compartiendo genes más de un millón de años, así que quizás quede todavía una mínima esperanza de que esas dos hembras procreen.


No obstante, el principal problema es la caza furtiva, que persigue hacerse con un cuerno muy apreciado en algunos países asiáticos, y que es especialmente requerido por la medicina tradicional china. En realidad, el cuerno es de queratina y no tiene ningún poder curativo, pero lleva tiempo eliminar estas costumbres tan arraigadas, más aún, cuando millones de personas creen ciegamente en algo. En Vietnam, su posesión se ha convertido en un símbolo de status, y en Yemen son usados para elaborar dagas.


En los parques africanos hay guardas especializados en su protección que tienen órdenes de tirar a matar, pero la tentación de conseguir grandes cantidades de dinero en estos países tan pobres, hace que muchos furtivos arriesguen sus vidas. La lucha entre el bien y el mal es muy desigual en cuanto a medios se refiere, arrojando unas cifras desoladoras. Con más de 1.300 ejemplares abatidos al año solo en Sudáfrica, se nos acaba el tiempo. Se estima que quedan unos 20.000 del blanco y unos 5.300 del negro, 750 de los cuales viven en Kenia.


Para paliar esta situación tan dramática, es habitual que algunos rinocerontes sean trasladados de un parque a otro, o incluso entre países, lo que no está exento de complicaciones. Hace pocos meses asistimos a la muerte de once de ellos, de un grupo de catorce, que eran llevados desde un parque de Nairobi y otro en el lago Nakuru, hacia el de Tsavo (todos ellos en Kenia). Parece ser que estos animales son muy sensibles a los cambios de clima y de dieta, aunque no están claras las causas de los fallecimientos, pues otras fuentes afirman que fue por haber bebido agua salada. De momento se han suspendido esos traslados, pero las diversas autoridades se echan la culpa unas a otras por este fracaso sin que se encuentren soluciones.


En 2014, en Zimbabue, visitamos uno de los centros privados donde se intenta recuperarlos. Les han cortado el cuerno previamente, y se trata de áreas valladas, por lo que los avistamientos son bastante artificiales (ellos saben dónde se encuentran los animales en todo momento). No es lo ideal, pero quiero pensar que una parte de lo que pagamos por la excursión redundará en beneficio de estos animales tan amenazados.


La buena noticia es que, en algunos países, Kenia entre ellos, las poblaciones están creciendo, pero eso no significa que hayamos soslayado el riesgo de extinción. Hay que seguir con las labores de protección, concienciando al público en general. Es por ello por lo que decido aportar mi modesto grano de arena con esta entrada. En mi opinión, sería muy triste tener que vivir en un mundo sin ellos.


Para terminar, el artículo de Wikipedia, de donde he sacado parte de la información, es muy bueno, y podéis consultarlo aquí. Yo, por mi parte, haré lo que pueda por seguir viéndolos, a ser posible, en su medio natural. Como sucede en tantos otros casos, la solución está en nuestras manos.

9 comentarios:

nella dijo...

Son unos animales bellos, ahora entiendo porque me gustan:
Tienen olfato muy agudo, oyen bastante bien y tienen una vista pobre, soy como ellos sin llegar a pesar tanto. Fuera de broma. Triste lo que cuentas, menos mal que al final nos das un poquito de ilusión.
Abrazo

silvia de angelis dijo...

Un articolo davvero inreressante su questi "ingombranti" esseri della natura
Un saluto,silvia

Contadora de Libros. dijo...

La solución está en nuestras manos, pero me temo que se nos escapa...
Tu entrada es muy buena y muy completa. Dices muchas cosas interesantes y no cansas, supongo que porque a mi también me gustan estos animales y porque me interesa conocer sobre ellos aunque me apena la situación en la que están viviendo y la indefensión a la que se enfrentan.
Me resultan unos animales tranquilos y que deberían (deberíamos dejarlos) vivir en paz y tranquilos.
Parecen un poco tristes ¿verdad? o eso es lo que pienso yo, que deben sentir ellos. Además se están quedando solos, sin semejantes de su especie.
En fin, gracias por alzar la voz por ellos.

Tawaki dijo...

Nella, más nos vale cuidar de ellos, y hacerlo pronto, porque al ritmo que van se extinguen muy pronto, y eso sería una lástima. Como de costumbre, depende de cada uno de nosotros.

Silvia de Angelis, se merecen que algunos demos la voz de alarma, para evitar que puedan desaparecer en un futuro próximo. Son animales muy pacíficos, además de bellos, y tienen todo el derecho del mundo a vivir en paz.

Nélida G.A., es muy difícil. Hay demasiada gente que mira para otro lado mientras unos pocos se benefician con su exterminio, pero siempre queda un rayo de esperanza, de cordura, y quizás seamos capaces de convivir con ellos. Son animales magníficos, acorazados y vulnerables a un tiempo. Su existencia depende, más que nunca, de nosotros.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

Mari-Pi-R dijo...

Sinceramente tendría miedo de ellos, pero no obstante reconozco que debe de ser muy emocionante y bello por los paisajes estar allí.
Un abrazo.

unjubilado dijo...

Ten cuidado y no pretendas hacerte una auto foto con ellos, que del empujón te mandaban a casa antes de tiempo y sin necesidad de utilizar el avión.

Javier G. Pérez dijo...

Bueno, toda buena intención económica supone un empujón para su protección. Espero que este mamífero tan emblemático se recupere y siga por las sabanas africanas por muchos años.
Unas fotos impresionantes.
Saludos.

Senior Citizen dijo...

Cuando se habla de animales en peligro de extinción, de que hay que luchar contra ello, etc.etc. algunas veces pienso que desde que surgió el planeta Tierra ha habido especies que se han extinguido o han evolucionado de tal forma que ya son otras. ¿Por qué no puede ocurrir lo mismo con algunas de las que existen ahora?

Tawaki dijo...

Mari-Pi-R, ellos van a lo suyo, como suelen hacer los animales, y si no se les molesta te dejan en paz. eso sí, no me gustaría tener que echar a correr teniendo uno detrás mío.

Un jubilado, por desgracia no puedes acercarte tanto, y dependes de que sean ellos los que sientan curiosidad, que no suele ser el caso.

Javier G., de momento, el mejor protector es el dinero. Sobre todo, cuando es la motivación de quienes quieren hacerse con el cuerno. El fuego hay que combatirlo con fuego.

Senior Citizen, hasta ahora (porque pronto cambiará la cosa) unas especies sustituyen a otras, en un ciclo natural que es bueno y deseable. Todos los años se extinguen un buen puñado de especies, pero lo hacen de forma natural. El caso que nos ocupa es diferente, ya que mueren por culpa de nuestra forma de actuar, y ahí entramos en temas éticos. Si somos la especie más inteligente del planeta, ¿qué derecho tenemos a intervenir en un proceso natural? Máxime cuando esa intervención está desequilibrando todo el sistema natural, hasta el punto de que podemos acabar con nosotros mismos.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.