No puedes ir más al sur, dentro del África continental, sin mojarte los
pies. Me habían cancelado la excursión para ver tiburones blancos por mal
tiempo, así que busqué quien que me llevara al punto más meridional de África.
Una vez más, lo que nos enseñaron en el colegio está mal, y no es el Cabo
de Buena Esperanza donde se encuentran los océanos Atlántico e Indico. Hace falta
ir un poco más hacia el este, unos 200km por carretera desde Ciudad del Cabo –
la mitad del camino en mi caso – hasta el cabo Agulhas.
El paisaje desde el coche, a primera hora del día, ya merece la pena. No
hay demasiadas nubes, pero sí un viento fortísimo que levanta olas tremendas.
Aquí en tierra apenas lo notamos en cambio.
Pasamos
sin detenernos por la población de Elim, un enclave fundado hace un par de
siglos por misioneros alemanes, protestantes de la Iglesia Morava, que me
sorprende con sus tejados típicos de fynbos. Estas plantas de hojas finas que
crecen en forma de arbustos son muy típicas en la zona y se caracterizan por su
resistencia, llegando a durar los tejados varias décadas.
La fuerza del viento nos trae nubes negras que de momento pasan de largo.
Pronto, el sol vuelve a brillar en un día meteorológicamente alocado.
Poco después nos detenemos en Struisbaai, un puerto pesquero, aunque parece
que todos los barcos, excepto uno, están faenando. Allí mismo, hay una playa
enorme, de unos 40 km de largo. Según mi chófer, la más larga de todo el
hemisferio sur. Me pregunto qué dirían argentinos, australianos o neozelandeses
si le escucharan, pero soy prudente (por una vez) y me callo.
Aparcamos y me acerco al faro, tomando nota de los posibles peligros de la
zona. Es agosto, pero aquí estamos en invierno y en plena temporada de lluvias.
La temperatura no es muy alta, nos permite caminar sin pasar demasiado frío, y
seguro que los bichitos están hibernando, pero más vale tener cuidado.
Aparece
ante mí una pasarela de madera con el océano Índico al fondo.
El paisaje es espectacular. Ha merecido la pena la hora y pico de coche
para llegar hasta aquí.
Las
rocas en primer plano, el color increíble y cambiante del agua, y al fondo,
unas nubes cada vez más negras que no tardarán mucho en alcanzarme. El viento
pugna por llevarme consigo.
No muy
lejos se encuentra la placa que nos informa del punto en el que los dos océanos
se encuentran: el Índico a nuestra izquierda, el Atlántico a la derecha. El
nombre, cabo de las agujas en español, viene de un descubrimiento: en este
punto, la declinación magnética es nula, y las brújulas apuntan exactamente al
norte geográfico (Wikipedia).
Apenas
hay un puñado de turistas, dos de ellos españoles. Un poco más allá encuentro un
pescador sobre las rocas y frente a las olas, que crecen en tamaño y número.
Porque el mar en sí es un espectáculo. Mientras, las aves parecen esperar a
que pase la inminente lluvia, a que el viento y las olas se calmen, si es que
lo hacen en algún momento en esta esquina del mundo.
Ha pasado una hora, y viendo la que se me viene encima, decido volver al
aparcamiento.
Poco
antes de llegar al faro caen las primeras gotas. Desde la seguridad del coche echo
un último vistazo a la pequeña población que hay junto al cabo.
Ya
solo queda volver al hotel y buscar un plan para por la
tarde.
16 comentarios:
Muy curiosa y espectacular la excursión. He estado en Kaap Agulhas, si pinchas con el ratón a la izquierda de la marca, te aparece que eso es el Atlántico Sur y si lo haces a la derecha el Océano Índico.
Lo que voy a fardar cuando se lo cuente a mis compañeros...
Claro que me cogieron por banda los sudafricanos y ahora me toca pintar una raya blanca de separación entre ambos océanos para que los pescadores sepan de donde procede su pesca. ¡¡Menudo puro!! Y tengo que ir todos los fines de semana hasta que termine de pintar la raya.
Meravigliose immagini del mare, in tutte le sue manifestazioni
Un saluto,silvia
Hola Tawaki, la verdad es que te haces unos viajes de ensueño, la fotos son estupendas.
Feliz fin de semana.
Un abrazo.
Una esquina del mundo muy bonita, y por tus fotos se ve que además es muy tranquila.
Qué valiente el pescador, con tremendo viento y el mar tan bravo.
Una entrada interesante. Mereció la pena tanta carretera, ya lo creo.
Me gustó mucho la foto de la pasarela, inspira una calma especial. Y las fotos de las aves allí mirando expectantes, hipnotizadas, como lo estaría yo.
That's a gorgeous place !!
Fantastic pics !!
Greetings
Qué delicia de fotos. El mar se ve maravilloso bajo el cielo encapotado. Y esa apacible soledad del paraje que invita a la actitud contemplativa aun bajo la lluvia.
Preciosas imágenes, esperamos que lo hayas pasado genial.
¿Sabes? Las abejitas estamos fabricando nuestra miel de nuevo con muchísima ilusión. Esperamos que pronto puedas visitarnos en la colmena.
Besitos de miel
Y tan espectacular Javier. Uno al lado del otro uniéndose y mostrando su belleza y fuerza. Me encanta el mar y me he recreado bien en tus fotos.
Besos.
Bellísimoooo!
Puesto que has posteado, el viento no te ha llevado con él :)
Me encantan los faros. ¿Será porque me aseguran de alguna manera que allí está el mar?
¡Genial, Tabawi!
Nunca he estado en un lugar de confluencia de dos océanos. He visto cómo el río Negro y el Amazonas corren juntos durante algunos Km. sin juntarse, es algo diferente y asombroso. El dato acerca de los “tejados ecológicos” es muy interesante, ¿te imaginas que te duren los tejados de fynbos varias décadas? Me parece, estimado Tawaki, que la playa más larga del mundo se halla en el estado de Río Grande del Sur en Brasil; pero si algún argentino me dijese que está en su país, nada dijera.
¡Serpientes y arañas! Dos especies que procuro mantenerlas alejadas de mí :) Me ha parecido fascinante tu relato, las fotos hermosas y mi imaginación vuela pensando en hallar la diferencia de tonos y matices de lado y lado del mar. Al final pensé que regresarías a beber un delicioso chocolate calientito; sucede que yo tengo frío.
Salud, un abrazo
Que bueno este paseo, el paisaje es fantástico!!!, que mas puedes pedir de esta buena salida y que pocos podemos decir que hemos estado en la unión de dos océanos.
Un abrazo
Un jubilado, si te lo muestra así es que pinchas mirando hacia tierra, al revés de como yo tiré la foto. Te las vas a ver negras pintando esa raya con las olas que hay.
Silvia de Angelis, el mar, como el fuego, pueden distraer mi atención durante horas y horas. Ambos son como encantadores de serpientes.
Conchi, se hace lo que se puede, es mi vicio. Pero los viajes no se hacen, al menos en mi caso, se viven.
Faerie Glen, el movimiento de las olas, la furia del viento y la negritud de las nubes de tormenta te hipnotizan sin remedio. Imagino que los peces que sacaba el pescador del agua debían estar más bien mareados. Estas manifestaciones de la Naturaleza nos empequeñecen, nos dan idea de nuestra verdadera dimensión.
Ela, lo es, a mí me tuvo embelesado durante bastante tiempo y no duró más porque tenía que volver al hotel, pero bien me habría quedado allí unas cuantas horas más.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Una mirada, es tan salvaje que cautiva. Me decían que para qué iba a hacer tantos kilómetros si allí no hay nada que ver, pero no saben que yo no miro, sino que siento, y para eso este lugar es el ideal.
Abejitas, me alegro de que os haya gustado. Espero que os divirtáis mucho con vuestra vuelta al mundo de los blogs. Han pasado unos cuantos años.
Laura M. a mí también me atrae mucho el mar. Lo respeto y lo amo a partes iguales, así que te puedes hacer una idea de lo feliz que me sentí en un lugar como éste.
Nélida, los faros van de avanzadilla. A mí me gustan por dónde están emplazados, que suele ser en lugares agrestes donde la tierra se acaba. La Tierra es redonda,y por lo tanto continua como un círculo, pero tiene sus hitos, sus lugares especiales que nos atraen como si fueran imanes.
Rud, me gustaría ver en directo esa confluencia de los ríos, pero de momento solo lo vi en documentales. Son lugares que nos atraen de una manera especial. Me parece que el hombre necesita medirlo todo, poner principios y finales, separar, cosas que la Naturaleza no entiende. En cuanto a la playa mas larga, según Internet, es la que sospechaba y tenía en mente en ese momento, la Ninety Mile Beach de Nueva Zelanda. Creo que la que mencionas se interrumpe en algún punto. Allí donde me encontraba era invierno, así que no me extraña que sintieras frío.
María Pi-R, bienvenida a Europa, donde puedes ver algo similar en el estrecho de Gibraltar. La verdad es que este cabo sudafricano tiene mucho atractivo para los que amamos la naturaleza.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Cuánta poesía en tu relato! Las fotos una maravilla! La 22 me encantó, todas bellísimas. Siento que has disfrutado mucho y que hay un romántico detrás de cada foto y cada frase. Esos arbustos amarillos se parecen a los espinosos Tojos de Galicia. Qué entrada maravillosa. Gracias. Besos.
Rosa María, me alegra mucho que te haya gustado tanto, porque está escrita con mimo. Supongo que es inevitable sentirse romántico cuando uno disfruta a solas de un lugar as, tan anodino para unos pocos y tan especial para muchos como yo. Gracias mil por tus bonitas palabras. Un beso.
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