sábado, 20 de junio de 2009

Périgueux

Una ciudad de provincias, en el centro de Francia, a la que llegamos avanzada la tarde, conduciendo desde Madrid. Son sólo ochocientos kilómetros, pero a veces los Pirineos parecen una barrera infranqueable. Merece la pena atravesarlos y asomarse al otro lado.

Las últimas luces del día en un apresurado paseo por el centro, una primera toma de contacto.



Al día siguiente, por la mañana temprano, se aprecian mejor los detalles de la catedral de Saint Front, construida en la primera mitad del s. XII.


El día es espléndido, la ciudad acogedora, y pronto nos encontramos con un mercado.




Nos esperan los restos de Vessunna, nombre de la ciudad galorromana. El museo está francamente bien, repleto de piezas interesantes y buenas explicaciones.



A la salida el sol ha desaparecido. La ciudad es la capital del Perigord, una de las mejores zonas gastronómicas de Francia y el foie es el rey indiscutible. Está en la región de Aquitania, en el departamento de Dordoña.



El Museo del Périgord es una estupenda colección que comprende desde mosaicos romanos hasta máscaras africanas, pasando por cuadros, mapas y animales disecados. Todo ello amontonado en vitrinas o esparcido directamente por el suelo. No parece que hayan encontrado quien pueda poner orden en semejante caos.



Puede que falten cabezas, pero sobra buen humor. Con lo serios que parecen los franceses.

Un último vistazo a la catedral antes de partir.


Nos espera la Abadía de Chancelade.