domingo, 26 de agosto de 2012

Asturias II - Los Oscos

España, no me canso de decirlo, es un país de muy diversos paisajes que merecen toda nuestra atención por mucho que en ocasiones pongamos el acento en otros lugares. El paraíso existe, y a menudo lo tenemos cerca de casa. Sólo nos falta la voluntad de querer conocerlo.

La zona de Los Oscos está en Asturias, en el norte del país.

Nos alojamos en la Casona de Pumares, a la que dedicaremos otra entrada en algún momento, porque hoy nos vamos de excursión en busca de una pequeña cascada.

Primero pasamos junto a unas casas abandonadas, siguiendo el curso del río.




La senda asciende con una pendiente que no es demasiado dura y todo está muy verde como podéis observar. No en vano, ha estado lloviendo desde que salimos de Madrid.




Las nubes se apartan un poco cuando llegamos a la cascada, pero no demasiado.


Las comunicaciones han mejorado mucho y hay una buena red de carreteras que te permiten desplazarte con relativa rapidez. Después de todo, estamos en una zona montañosa. Pero también hay lugar para carreteras secundarias de esas que parecen llevar el fin del mundo.


Los árboles flanquean el asfalto. El cielo nublado suaviza los contrastes de luz.


Y aquí tenemos a un par de amigos que venían a vernos todos los días.

La región de Los Oscos está llena de pequeños pueblos muy interesantes. Es una zona tranquila para pasear y los bosques abundan.

lunes, 13 de agosto de 2012

Varanasi II

Habíamos contratado la visita guiada por la ciudad y sus alrededores. Error. Como ya conté, habíamos perdido un día con el retraso del tren, pero nuestros intentos de recuperarlo se estrellaron contra el guía, que tenía su propia opinión sobre qué lugares convenía visitar. De haber tenido más tiempo habríamos hecho el itinerario nosotros mismos, pero no fue el caso.

He de decir que lo que vimos estuvo muy bien explicado, pero sospecho que pasamos de largo por otros lugares interesantes. El colmo fue tener que hacer cola, pasar por un arco de seguridad, cacheo incluido, descalzarse, todo ello con la idea de visitar una mezquita y descubrir entonces que sólo podían entrar los musulmanes y que nuestro destino era una tienda de la que salimos escopetados. Si me lo hubiesen dicho en un principio…

El templo de Bharat es especial porque está dedicado a la Madre India y no a cualquiera de sus incontables dioses. Fue inaugurado por Mahatma Gandhi en 1936 y contiene un mapa de la India que muestra con detalle los principales accidentes geográficos del país.

Sorprende ver lo llana que es la India hasta que se llega a la cordillera del Himalaya.



Desde allí nos dirigimos, atravesando la universidad hacia Samath. Situada a unos 10km de Varanasi, es una de las ciudades más sagradas para los budistas, ya que se supone que fue aquí donde Buda predicó por primera vez.

Visitamos Mulgandha Kuti Vihar, un edificio que contiene varios frescos pintados por Kosetsu Nosu, un artista japonés. En ellos podemos apreciar varios episodios de la vida de Buda.





Esta campana de bronce que vemos a la entrada también fue donada por los japoneses. El árbol que vemos en la segunda foto es un ficus que se cree desciende del árbol bajo el cual Buda fue iluminado hace 2.500 años. Este ejemplar fue plantado en el 288 antes de Cristo.




Nuestro siguiente objetivo fue el templo jainista, pero no nos dio tiempo de entrar. Echamos un vistazo a una de las estupas, a la que daban vueltas unos peregrinos y marchamos al museo de Samath.




No estuvo mal, sobre todo si tenemos en cuenta que vimos en un día lo que habíamos previsto para dos. Luego, por la tarde, volveríamos a acercarnos por los ghats, pero eso lo contaremos en otra entrada.