lunes, 23 de septiembre de 2013

Bretaña – Abadía de Daoulas

El viaje a Bretaña fue accidentado desde el principio.

Luego terminaría peor, aunque al visitar esta abadía aún no supiésemos lo que iba a pasar.

Aterrizamos un 14 de julio, y claro, las oficinas de alquiler de coches estaban cerradas, así que tuvimos que tomar un tren, dormir en Morlaix y volver al aeropuerto al día siguiente. Luego se quejan de que hay crisis, pero los franceses trabajan más bien poco y desde luego les importa un rábano el turista. Saben que por mucho que lo maltraten seguirán acudiendo Eso sí, a mí van a tardar en verme por allí.

Así pues, empezamos las vacaciones a media mañana del segundo día, visitando la Abadía de Daoulas.




De la abadía, que fue fundada en 1167 por monjes agustinos, sólo queda en pie la iglesia y un claustro románico, pero la visita merece la pena. No obstante, si hacemos caso a la leyenda, sus orígenes se remontarían al 510.




Por detrás de la iglesia encontramos el claustro, clasificado como monumento histórico y uno de los más bellos de Bretaña.



Y un poco más allá un jardín botánico con multitud de especies, plantas medicinales en su mayoría, aunque también hay otras más exóticas.



Se puede dar un agradable paseo entre la vegetación sin salir del recinto de la abadía. Veremos entonces una fuente y un oratorio del siglo XVI.




Reeditado:

Al terminar la visita nos acercamos al pueblo en busca de una crepería para comer algo. La verdad es que están muy bonitos con tantas flores. Tampoco se ve ni un papel en la calle.

A pesar de las fechas veraniegas estuvimos solos la mayor parte del tiempo.




Al terminar la visita nos acercamos al pueblo en busca de una crepería para comer algo. La verdad es que están muy bonitos con tantas flores. Tampoco se ve ni un papel en la calle.