lunes, 21 de enero de 2013

Costa Rica - Manuel Antonio

Me habían dicho que en el Pacífico haría sol, y después de tantos días pasados por agua ya me apetecía, pero aún me faltaba una mañana lluviosa en este pequeño parque costarricense.

Las vistas desde mi habitación prometían, pero aquí el tiempo cambia rápidamente, y una vez en el parque tuvimos que echar mano del chubasquero.



Los animales no estaban por la labor de dejarse ver, quizás porque había más gente que en otros lugares, pero cuando dejó de llover nos encontramos con este perezoso de tres dedos.





Este parque, que es uno de los más visitados del país, es conocido por sus magníficas playas.





Aquí las iguanas son de color negro. También vimos un pequeño basilisco.




El sendero sigue la línea de la costa, ofreciendo vistas tentadoras.




Por la tarde me acerqué a un mariposario que había cerca del hotel. Era de reducidas dimensiones, pero había varias especies diferentes, de estos lepidópteros y algunas plantas curiosas.










Todavía llegué a tiempo de ver la puesta de sol.



lunes, 7 de enero de 2013

Costa Rica - Colibríes


El viaje dio tanto de sí que no sé muy bien por dónde comenzar. Al final me he decidido por los colibrís, inmerso como estoy aún en organizar el resto de las fotos. Espero que os gusten y que no terminéis empachados de tantos como hay.



Si bien pude admirar algunos en plena naturaleza, estas fotos fueron hechas en Selvatura, un espacio que hay en Monteverde en el que además de estas pequeñas aves podemos ver un mariposario y una de las mejores colecciones de insectos del mundo. También se puede hacer canopy, así como caminar por el bosque nuboso.

En una zona apartada habían dispuesto comederos, supongo que de agua azucarada para que fuese más fácil verlos. A pesar de que hay comida para todos, a veces las peleas eran inevitables.



Aquí podemos deleitarnos con una docena de las cincuenta y dos especies diferentes de colibrís que hay en Costa Rica. Aún estoy haciendo inventario de cuántas conseguí fotografiar.






Los había de todos los tamaños y colores. Parece ser que los más pequeños pesan menos que una moneda.

Además del néctar también se alimentan de pequeños insectos para completar su dieta. Son además bastante especiales y, según la Wikipedia, no les vale un néctar con menos de un 10% de azúcar.





Tampoco paraban quietos. De hecho pueden mover sus alas entre 12 y 80 veces, dependiendo de la especie. Yo intentaba predecir sus movimientos y cazarlos con mi cámara, pero no era nada fácil.







Lloviznaba suavemente y estábamos solos. Creo que debí tirarles como unas cuatrocientas fotos. Cada uno me parecía distinto y digno de ser inmortalizado.






Espero que la entrada os haya gustado. Qué mejor forma de empezar el año, ¿no?